Gente con cianuro

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miércoles, 6 de febrero de 2013

Un reencuentro bajo la luz del crepúsculo.

Bajo la luz del último crepúsculo del día contemplabamos nuestro alrededor bajo un almendro ya florecido.
Enfrente nuestra había un pequeño sendero que nos conducía a la acequia donde en verano soliamos bañarnos a la llamada del primer rayo de sol, a nuestro alrededor almendros florecidos se peleaban por conseguir un poco de espacio y detrás nuestro se situaba el camino a la parte alta de la montaña desde donde se podría divisar y percibir las luces de la gran ciudad costera, un mundo diferente a este, ajetreado, lleno de complicaciones y a menudo absorbente o incluso agónico.
Me dijiste que era tarde pero que tal vez otro día volveriamos a pasar la tarde los dos juntos. Nos levantamos y fuimos hacía la acequia por aquel lúgubre y estrecho sendero.
Te paraste y recogiste del suelo una hoja seca y me dijiste que la próxima vez que nos vieramos ella me daría esa hoja seca y yo tendría que recoger otra para darsela.
Al pasar la acequia nos acordamos del verano pasado y de aquellos juegos de niños que protagonizabamos y en los que nos gustaba ser unos felices ignorantes, los dos sonreimos y una leve carcajada se escapó de nuestras mandibulas.
El pueblo se veía a lo lejos y el repicar de las campanas indicaba que ya eran las 19:00. Bajamos la cuesta que nos guiaba a aquellas viejas pero restauradas casuchas de al lado de la plaza.
Me despedí de ella en la puerta de casa de su abuela y los dos sabiamos que hasta dentro de dos semanas o más no nos volveriamos a ver o almenos era eso lo que reflejaban sus púpilas.
Nos abrazamos muy fuerte y una leve corriente electrica atravesó mi cuerpo.
Me monté al coche de regreso a la ciudad y ya sabia que mi ilusión se diluia poco a poco y mi felicidad se disipaba.
Y pensar que hasta hace poco eramos dos desconocidos de los que habiamos oido hablar alguna vez y a lo sumo intercambiar palabras escuetas sin ningún tipo de interés.
Al llegar a casa mi dosis de cianuro me esperaba pacientemente.




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